Desconexión - Neal Shusterman

Título: Desconexión
Autor: Neal Shusterman

Páginas: 416

Editorial: Anaya

Precio: 16 euros 

Año de Edición: 2012

Con un curioso eslogan publicitario se presenta «Desconexión» de Neal Shusterman en nuestro país: «Si te gustó “Los juegos del hambre” ¡Atrévete con esta valiente, impactante y provocadora novela!». Curioso porque no tiene nada que envidiar a la trilogía de Collins. Al contrario, esta novela me ha gustado bastante más. Es una novela juvenil con entidad propia que comienza una interesantísima tetralogía que dará mucho que hablar.

Este libro nos lleva a un futuro que, lejano o cercano, es ante todo no deseable, una distopía. Se une así a la larga lista de novelas de uno de los géneros más exitosos del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Con un somero análisis de los principios morales decadentes que rigen nuestra sociedad actual, recrea una posible evolución despiadada a la que nos puede llevar, poco grata para generaciones futuras.

A falta de que la nueva saga de Neal Shusterman tenga el éxito esperado y merecido, se convierte en el último eslabón de un género de literatura juvenil muy consolidado en los EE. UU como es el de una ciencia ficción distópica. Coge así el relevo de exitosas escritoras como Stephenie Meyer y Suzanne Collins, planteado una serie de libros juveniles similares.

Aunque pueda ser equiparable al estilo de las autoras antes nombradas, la seriedad y formalidad de Neal Shusterman al desarrollar su novela (sin dejar de tratarse de protagonistas adolescentes y destinado a jóvenes) es desconocida en los otros súperventas: donde los débiles y fantasiosos sentimientos de quinceañeros –muchas veces fuera de lugar–  existen como reclamo a un inexperto y joven lector. No por ello goza esta novela de un menor atractivo, sino más bien al contrario. La faceta moralista del autor emerge de manera impecable y sobrecogedora de sus páginas, destinadas a todos aquellos lectores que sepan apreciar una concienzuda y depurada literatura ética. 

 

Neal Shusterman

Publicado por Jesús Rojas.