martes, 8 de abril de 2014

El hombre que fué jueves - G. K. Chesterton


Título: El hombre que fué jueves 
Autor: G. K. Chesterton 

Páginas: 300 

Editorial:Valdemar 

Precio: 10,50 euros 

Año de edición: 2009

Esta divertida novela, publicada en 1908, tiene bastante de surrealista y de divertimento cómico lleno de frases ingeniosas. Se trata de la narración de las peripecias de un joven poeta, Gabriel Syme, reclutado por una unidad antianarquistas de Scotland Yard. El argumento es disparatado, pero está trufado de paradojas, contrastes y metáforas sobre casi todo lo humano y lo divino, lo que le convierte en un texto chispeante y muy entretenido, que a ratos hace pensar sobre las más diversas cuestiones.

Aparentemente es una novela de intriga, plagada de acción, enredos, traiciones y peripecias, pero es en realidad una novela de ideas metafísicas y morales muy generales, sobre el bien y el mal, la religión, el orden y el caos, la política y unas cuantas cosas más de ese jaez, escrita con el particular sentido del humor chestertoniano. El estilo es fluido, dinámico, tiene un buen ritmo y los diálogos son vivos y divertidos. 

Una obra divertida, ingeniosa, juguetona y desconcertante, bastante original y creativa, que planeta preguntas de alta filosofía no para responderlas, sino para jugar un poco con ellas e incentivar al lector para que piense por sí mismo. Un libro exclente, muy útil para pasar un buen rato y pensar un poco.

Gilbert Keith Chesterton (Londres, 1874-1936) fué un gran escritor británico, con un carácter y una presencia física imponentes. Media 1,93 m, pesaba 134 kilos y tenía una voz de trueno. Autor muy prolífico, tocó casi todos los géneros: novela policiaca, relato, ensayo, biografía, poesía, periodismo y libro de viajes. En todos ellos dejó huella de su humor, su fino sentido de la ironía, su catolicismo y su afición a las paradojas.

Como polemista era temible en los debates cara a cara, porque solía, después de escuchar atentamente a su contrincante, razonar a favor de sus ideas superándole en elocuencia y argumentos, para luego adquirir el punto de vista contrario y refutar uno por uno todos los puntos aducidos hasta pulverizarlos y dejar a su oponente estupefacto y sin ideas. Era un monstruo.

Es uno de mis autores favoritos, bien se ve por las entradas que le hemos dedicado en este blog.

Gilbert Keith Chesterton

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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