martes, 24 de mayo de 2016

Ante todo no hagas daño - Henry Marsh


Título: Ante todo no hagas daño
Autor: Henry Marsh
 

Páginas: 352
 

Editorial: Salamandra

Precio: 19 euros  

Año de edición: 2014 

El título alude a una frase (primum non nocere) atribuida a Hipócrates de Cos, médico griego del siglo IV a. C. considerado el padre de la medicina, y constituye una llamada a la prudencia y una recomendación muy elemental para el ejercicio de esa profesión, más aún si se trata de alguien que ejerce una especialidad un tanto desalentadora y de resultados inciertos como es la neurocirugía. Un campo en el que las complicaciones de los procedimientos pueden conducir a la muerte del paciente o a que sufra secuelas graves y quede con una discapacidad importante.

Y eso puede depender tanto del buen hacer del cirujano como de una dosis añadida de suerte que acompañe o no a su trabajo.

El autor, neurocirujano de prestigio, lo explica de forma clara en el prólogo: una parte de sus resultados están en relación con la suerte o con pequeños detalles asociados al procedimiento; el médico que interviene no es un dios capaz de extirpar una lesión en el cerebro de su paciente, pero tampoco es un villano cuando el resultado no es el esperado y el paciente queda discapacitado o dependiente para sus actividades elementales cotidianas. El cirujano es una persona con conocimientos y habilidades adquiridas, muy especificas, pero sujeto a emociones personales y problemas habituales como cualquier otro ciudadano.

El libro está escrito en forma de memorias en las que va relatando en los diversos capítulos tanto éxitos profesionales como malos resultados, errores y complicaciones. Aborda su relación con los pacientes y familiares, sus explicaciones sobre la enfermedad y lo que pueden esperar de la cirugía; en ocasiones la extirpación de la lesión y la solución del problema, pero en otras la única alternativa viable es la exéresis parcial de la lesión para no poner en riesgo la vida del paciente a sabiendas de que la enfermedad va a reaparecer. Habla de una especialidad en la que a veces se considera un buen resultado la supervivencia durante unos años o incluso unos meses; eso tiene que ser a la fuerza un trabajo frustrante.

Viendo su fotografía uno se puede imaginar fácilmente al cirujano mayor, reposado, al final de su carrera tras haber orientado y formado a generaciones de especialistas. Con él compartimos reflexiones acerca de los cambios que ha vivido a lo largo de su vida, las relaciones con sus colegas, con la administración, y con las nuevas tecnologías, como la informática que le acarrea algunos problemas. Todo nos lo cuenta de una forma cercana, amena y entretenida con un lenguaje asequible para los lectores ajenos al mundo médico, con la que nos atrapa entre sus páginas. 

Henry Marsh (Oxford, 1950) es hijo de padre inglés abogado y madre alemana que huyo de su país perseguida por la Gestapo. Aficionado a la carpintería y la apicultura, y usuario habitual de la bicicleta en todo tiempo para sus desplazamientos. Inició estudios de Política, Filosofía y Económicas pero desencantado los abandonó. Trabajó como portero y auxiliar en un hospital y decidió estudiar medicina. Ha ejercido como jefe del departamento de neurocirugía en el hospital londinense de St.Geoge’s y trabaja como voluntario en Ucrania, Nepal, Kurdistán y Albania. No tiene otra producción literaria aparte de la científica. Con este libro ha recibido varios premios literarios en su país, ha sido finalista en otros cuantos y ha sido elegido mejor libro del año por el Financial Times.

Tan interesante es leer su libro como sus opiniones acerca de la sanidad y su ejercicio, que se pueden encontrar en varias entrevistas a la prensa. Ahí van unos ejemplos:

«Mirar el cerebro es como observar una noche estrellada con unos prismáticos baratos, sólo conocemos una pequeña parte».

«Lo difícil no es operar sino decidir si hacerlo o no y vivir con las consecuencias».

«Este trabajo se compara con desactivar una bomba con la diferencia que la vida en peligro no es la del artificiero».

Un tipo interesante y brillante sin duda.

Henry Marsh

Publicado por John Smith.

No hay comentarios:

Publicar un comentario